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miércoles, 7 de noviembre de 2007

Desarrollo.

Desarrollo.

1.
Fundamentos Teóricos.

La teoría del capital humano se desarrolló en la década de los 60 como resultado de la necesidad de reconstruir los estados naciones devastados por la Segunda Guerra Mundial y para lo cual era necesario reorganizar los sistemas educacionales enfocándolos hacia una perspectiva funcionalista (Feito Alonso, R. s/a:6). La educación considerada como una inversión necesaria encontró confianza en los sectores públicos y privados aunque atentó contra ella la masividad de personas tituladas y que finalmente no encontraban una colocación laboral. Esto trajo consigo la progresiva desaceleración del gasto público en educación y la pérdida de credibilidad en la teoría del capital humano (Bonal Sarró, X. 1998:172).

Veinte años después, esta teoría recobra la vitalidad y renueva su significación con un matiz más cualitativo, donde educación y formación serían factores fundamentales para el crecimiento económico y la competencia internacional. El entorno socioeducativo también había cambiado: acontecen las reformas educativas en los países capitalistas e irrumpen los cambios tecnológicos que repercuten en las relaciones económicas, sociales y culturales de la sociedad.

Los posteriores adelantos científicos y el desarrollo de las ciencias de la información aportan a la teoría del capital humano mayor validez; los contenidos educativos se colocan en el centro de las sociedades puesto que ven el desarrollo como fruto de la actividad transformadora del hombre que posee, domina y crea nuevos conocimientos.

Pero… ¿qué es capital humano?

P. Belly señala que el capital humano es el conocimiento que posee cada individuo (Belly, P. 2006:1).

Por otra parte J. Gleizes lo define como el conjunto de las capacidades productivas que un individuo adquiere por acumulación de conocimientos generales o específicos, de savoir-faire, etc. (Gleizes, J. 2000:1).

De igual forma A. Hernández se refiere a este concepto como la mano de obra dentro de una empresa y es el recurso más importante y básico ya que son los que desarrollan el trabajo de la productividad de bienes o servicios con la finalidad de satisfacer necesidades y venderlos en el mercado para obtener una utilidad (Hernández Salgado, A. 2006:3).

Por último es valido añadir algunas de las definiciones de capital humano que trabaja C. Lazcano:

* Capital Humano el stock de conocimientos y habilidades humanas más bien referidas a la educación, formación y escolaridad adquirida. El stock de Capital Humano de un país tiene que ver más con la calidad que con la cantidad de la mano de obra. Un mayor Capital Humano aumenta la productividad de la mano de obra. Cuanto más rápido y equitativo sea el proceso de acumulación de Capital Humano, se tenderá alcanzar procesos de crecimiento económico sostenido, resolver el problema de la cantidad y calidad de empleo, resolver el desequilibrio externo y disminuir el grado de la pobreza y la desigualdad en la distribución de ingresos (Lazcano Herrera, C. 2000:6)

* Es el aumento en la capacidad de la producción del trabajo alcanzada con mejoras en las capacidades de trabajadores. Estas capacidades realzadas se adquieren con el entrenamiento, la educación y la experiencia. Se refiere al conocimiento práctico, las habilidades adquiridas y las capacidades aprendidas de un individuo que lo hacen potencialmente útil. En sentido figurado se refiere al término capital en su conexión con lo que quizá sería mejor llamada la "calidad del trabajo" es algo confuso. En sentido más estricto del término, el Capital Humano no es realmente capital del todo (Lazcano Herrera, C. 2000:6-7).

* El capital humano se entiende como la inversión en dar conocimientos, formación e información a las personas; esta inversión permite a la gente dar un mayor rendimiento y productividad en la economía moderna y aprovecha el talento de las personas (Lazcano Herrera, C. 2000:7).

* Capital Humano es riqueza, valor, una acción, el bien principal o más importante de una persona, capaz de regenerarlo, con sus energías físicas y mentales. El es dinámico, surge, se desarrolla y proporciona valor por la actividad social o de producción del hombre (Lazcano Herrera, C. 2000:11).

A juicio del autor del presente trabajo, el análisis de los teóricos y especialistas dedicados al tema encuentra puntos de contacto desde algunas posiciones, como en otras se halla en total divorcio. Existen criterios dirigidos esencialmente a ver el problema desde una arista económica sin establecer conexión con la educación y su influencia sobre la formación del individuo. No es menos cierto que en el desarrollo de la personalidad del ser humano, este adquiere conocimientos y habilidades propios del saber popular a partir de la interacción con la familia y el medio que lo rodea; pero es la educación la encargada de guiar y orientar su formación en función de la acumulación de conocimientos específicos o generales que determinarán finalmente su vocación y por consiguiente su status laboral, aunque no siempre sea así.

Asimismo, se refieren al saber acumulado pero no se hace alusión a la posición creativa y reflexiva que debe asumir el hombre cuando se enfrenta al contenido o información. El autor concuerda en que lo más importante no es la cantidad sino la calidad de la educación (Lazcano Herrera, C. 2000:6), pero considera que la verdadera calidad se evidencia cuando el nivel de asimilación y procesamiento es autónomo, independiente, sin mediaciones y culmina con dos momentos importantes para la formación del capital humano:

* Toma de posición crítica y consciente ante el hecho en si del aprendizaje.

* Alcanzar la capacidad y habilidad de producir nuevos contenidos extraídos de la práctica cotidiana y la experiencia y conocimientos adquiridos, sin dejar de reconocer que estos no son absolutos e inamovibles.

Otros autores asocian directamente la teoría del capital humano con los niveles de información alcanzados por el desarrollo de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC), y el talento de las personas (Lazcano Herrera, C. 2000:7). Esto deja ver entre líneas otro concepto muy asociado al de capital humano y de vital estudio también para los teóricos: el capital intelectual. En sus inicios este término se abordó como fruto de la buena relación vendedor-cliente, mientras que en la actualidad se ve como activos intangibles que proporcionan valores económicos importantes (Osorio Núñez, M. 2003:3). Desde el punto de vista personal de este autor se reconoce como categoría primaria en la formación del individuo a la familia, quien aporta los primeros conocimientos, habilidades, valores, normas y costumbres, siendo estos su primer capital; luego la escuela en todas sus etapas le incorpora saberes que cultivan su intelecto a la par que la sociedad le ayuda a moldearlos de acuerdo a sus intereses personales y colectivos; por tanto se considera que debe valorarse responsablemente la contribución que hacen al desarrollo y la formación plena del individuo, el capital intelectual y el capital humano, sin ver en sus esencias puntos de divergencias.

Otro análisis interesante lo es sin duda el determinismo económico que se le otorga a esta teoría cuando se establece una relación directamente proporcional entre acumulación de capital humano y productividad, o se refieren al poder casi sobrenatural de resolver el problema de la cantidad del empleo, el desequilibrio externo y la disminución del grado de pobreza, y la desigualdad en la distribución de ingresos (Lazcano Herrera, C. 2000:6). La realidad mundial ha demostrado todo lo contrario, puesto que sobre la formación de capital humano pesan también las condiciones y relaciones económicas, políticas y sociales de un país; los medios y recursos mínimos que necesita para desarrollarse; la manera en que se optimiza la utilización de dicho capital; el grado de independencia con relación al crecimiento del Producto Interno Bruto, el equilibrio entre los niveles de importaciones y exportaciones que se ejecutan, entre otros aspectos.

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